La música en el alma
La población indígena de nuestro estado se sirvió de bailes y cantos llenos de
poesía para alabar a sus dioses y honrar sus creencias. Así fue haciendo una
música que los mayores heredaron a los jóvenes, enseñándolos en el arte de
crear sugerentes murmullos o ruidosa algarabía en el pito, el caracol, el
teponaxtle y la chirirmía; su voces se dejaban escuchar por las selvas y los
valles de nuestro estado y se fueron haciendo tenues con la llegada de los españoles,
hasta casi desaparecer.
En efecto, solo restos
musicales se conservan del pasado. Nos queda, por ejemplo, la música de los
zoques de la región Central (Tuxtla, Copoya, Suchiapa), donde hasta la fecha
los instrumentos precolombinos acompañan las danzas tradicionales.
Los tzotziles, en cambio,
alegran sus fiestas, como el Carnaval de Chamula, con instrumentos como la
guitarra y el arpa, versiones coloniales de las que llegaron de Europa.
Los instrumentos
La marimba, viejo instrumento musical que resonaba entre el pueblo indígena ya
a mediados del siglo XVI; sustituyó de pronto a toda una gama de instrumentos
autóctonos de los que se conservan únicamente el pito y el tambor.
Para el siglo XIX, la música
tocada con marimba recorría los zarabandas, los saraos y otras fiestas
populares, así como las celebraciones religiosas.
Los compositores
Aparecen, entonces, los mejores compositores de corridos, sones, valses y
mazurkas. Debemos mencionar aquí al genial músico Manuel Bolán, de Tonalá,
quien compuso los mejores sones de la época. Él mismo ejecutaba la marimba y es
el padre de su transformación, pues dotó de innovaciones que hasta la fecha se
respetan, como las patas, el bastidor y un teclado más amplio. Después de él,
los músicos chiapanecos desbordaron su arte e ingenio y llevaron su música a
todas las regiones del estado y más allá.
A principios de nuestro siglo,
Corazón de Jesús Borraz, el músico de Venustiano Carranza, dispuso de un
segundo teclado en su marimba.
En 1913 el teatro Emilio
Rabasa, de Tuxtla Gutiérrez, presenció el estreno de un nuevo instrumento,
desde entonces capaz de reproducir toda clase de composiciones sin necesidad de
artificio alguno, como la cera que entorpecía la ejecución al tener que ponerla
y quitarla para lograr sonidos más graves o más agudos. Surgió, entonces una
nueva generación de artistas que nos legó un sinnúmero de bellas melodías.
Nuestros compositores más
destacados de la segunda mitad del siglo son, Rafael de Paz y Francisco
Chanona. Y desde luego, Federico Alvarez del Toro, cuyas obras han llevado a
Chiapas a salas de concierto en todo el mundo.
Es que el sincretismo ocurrido con la colonización dio paso a nuestra cultura mucho más rica y con mucho más sabor en nuestra música
ResponderEliminarKIUT
ResponderEliminarKIUT
ResponderEliminarbuana
ResponderEliminarbuana
ResponderEliminarhola
ResponderEliminarMADAAAAAAAAAA
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